top of page
ASOCIACIÓN AMIGOS  de la IGLESIA
SANTIAGO Apóstol de VILLENA
                      HISTORIA

HISTORIA ARTÍSTICA DEL TEMPLO DE SANTIAGO DE VILLENA

HISTORIA ARTISTICA DEL TEMPLO DE SANTIAGO año 1955
Por Belén Portillo Cardona

Licenciada en Filosofía y Letras

VILLENA es una hermosa ciudad situada en una fértil llanura, regada por las aguas del río Vinalopó y circundada por encrespadas y agrestes sierras, cuyo nombre empieza a tener resonancias nacionales en la época medieval. Su airoso castillo, que desde lugar preeminente domina la vega y Ciudad, cobijó en sus recios muros a los célebres Marqueses, enraizados sus linajes con la rama bastarda de los Trastamara de Castilla y la casa real de Aragón; quizá por esta circunstancia o fruto de la época se nos muestran Alonso y Enrique (su nieto) como dos prototipos en su estilo propio de nobleza: el primero, luchador, leal, soberbio, independiente y ambicioso; Enrique, un travieso alquimista y astrólogo conocedor de lo divino y de lo humano, aficionado a los placeres intelectuales y a la buena vida; en fin, un anticipo del hombre renacentista; y ambos constituyen una especie de diálogo de las ar­mas y las letras de que nos habla Miguel de Cervantes. Villena, en la guerra de Sucesión, con visión clara de nuestro futuro patrio, se unió heroicamente a las huestes de Felipe V, lo que le valió los títulos de “MUY NOBLE, MUY LEAL Y FIDELISIMA” y, más tarde, cuando la guerra de la Independencia, intervino en la memorable acción de Castalla.
Pues bien; a fines del siglo XV y, principios del XVI, obedeciendo a la fiebre constructiva de la época, gracias al impulso de Sancho de Medina, surge en Villena uno de los templos más hermosos del gótico final hispano. Vamos a hacer un poco de historia de su estilo, ajus­tando las líneas generales del gótico al caso concreto de Santiago.

En el siglo XVIII, vuelve a valorarse el gótico llamado “obra nueva” de mazonería o cres­tería; según los eruditos, es producto de las monarquías bárbaras o importación oriental, pe­ro, en definitiva, es “el término de la evolución del sistema románico llevado a sus últimas consecuencias por una sociedad que se sentía capaz de grandes empresas y ardía en anhelo de perfección”. Los historiadores del arte, respecto a la causa intrínseca del gótico, están di­vididos: según Worringen, es la expresión fidelísima genuina y auténtica del fondo racial más puro de los pueblos germanos; los clásicos sostienen que el gótico encarna el alma de los pueblos occidentales postrero-medievales. El estilo gótico viene a resolver los problemas de cubierta e iluminación; son sus caracteres esenciales: la crucería, el arco apuntado u ojival y los arbotantes. En este proceso evolutivo, tiene una eficacia decisiva la orden del Cister y su fundador San Bernardo de Claraval (reformador de los Benedictinos), enemigo acérrimo del barroquismo románico; el ideal, pues, está polarizado hacia el embellecimiento de las líneas arquitectónicas y sobriedad decorativa. Corresponde a España la gloria de ser uno de los países en que primero empieza a emplearse tal sistema: en el siglo X ya se elevan cúpulas sobre arcos entrecruzados.

El reino valenciano ocupa una zona intermedia de doble interfluencia: de una parte, la pen­insular Isabelina y, de otra, la Occitana o Languedociana, que no es sino una de las variedades del gótico sur-francés y, en referencia precisamente al influjo de las directrices artísticas en nuestra patria del país vecino, hay que hacer alusión a la acertada frase del profesor Jiménez Soler de que “los Pirineos no son una barrera, sino espina raquídea eje de un conjunto étnico y cultural”. El gótico languedociano tiene su inspiración general (en cuanto a tectónica) en lo religioso y castrense. Es asimismo un reflejo de la vida corporativa y, en su generalidad y de­talle, orienta sus edificios hacia la moda precozmente renacentista de Italia; son típicas las notas de ponderación, equilibrio, sencillez y sobria elegancia; los contrafuertes suelen formar las capillas; el ábside es poligonal y las cubiertas, de crucería. Esta arquitectura florece en tierras mediterráneas de intensa latinización. El gótico valenciano experimenta una hispaniza­ción de las formas occitanas; es España, según don Felipe Garín, “tierra de cruces, puerta de expansiones y crisol de las culturas más dispares”.

También tiene Santiago características del gótico final, Isabel o “Reyes Católicos”; esta última denominación, justamente defendida por don José Camón Aznar en el V Congreso de Historia de la corona de Aragón. La última fase del gótico representa el barroquismo de sus formas o “flamígero” como le bautizó Caumont. El barroco no sólo es un período artísti­co; en toda evolución estilística se llega al barroquismo como término, cuando, dominados los problemas de técnica, el artista puede entregarse a puras tareas estéticas; el estilo “Reyes Católicos es el más expresivo de un reinado que fue grande y sintetizador de los ideales na­cionales, porque se desarrolló bajo el signo de la unidad; no hay ciudad española que no con­serve recuerdos de este período: se levantan templos, se enriquecen las capillas, nacen pala­cios para la nueva nobleza cortesana... Como característica fundamental señalaremos “…una tendencia centrípeta recayendo en lo más específico del estilo, exacerbando sus notas propias en un recrudecimiento de goticismo» (Camón Aznar). Además predomina lo decorativo, exis­te gran interés hacia lo exótico, exaltación de lo pasional, afición a lo anecdótico, etc. etc. En cuanto a la parte constructiva: bóvedas, ojivales pero complicadas con terceletes y ligaduras; los nervios secundarios se flexionan en curvas y contracurvas; en cada tramo, varias claves decoradas con heráldica o imaginería; el arco suele ser conopial, apuntado, rebajado o trebo­lado; los apoyos cilíndricos o cuadrados; se prefieren los fustes retorcidos y se emplea el adorno de bolas; constituye, en fin, un arte pletórico de esencias nacionales.

Santiago tiene planta de salón, ábside poligonal y girola; sencillos contrafuertes cobijan­do capillas, crucería flamígera, aparejo de sillares con bien conservados signos lapidarios, so­bre todo en el muro oriental y escalerilla del campanario; sus arcos son de pura ojiva, deco­ración de tosca labra en claves y capiteles de tema zoo y fitomorfo, así como anecdótico y heráldico; se conservan algunas gárgolas; las portadas son austeras: la lateral, de sencillo mol­duraje y decoración en cordón; la de la imafronte, entre pináculos flamígeros, con arco ojival sogueado y, rematando, la coronación por dos ángeles de una imagen que no llegó a colocar­se nunca. La pila bautismal se atribuye a Forment y está trabajada en piedra alabastrina. La torre puede tener sus precedentes en las de los países que baña el Canal de la Mancha. Es interesantísima la verja fundida en Murcia y dorada a fuego. Pero el tema predominante y capital está constituido por las columnas heliáceas, que no pueden confundirse con las barro­cas ni con el helicoide ornamental; son fustes movidos, torsos, de antecedentes remotísimos y empleados con profusión en sarcófagos y códices mimados.
El templo de Santiago, hasta la fecha, es de autor anónimo; parece ser el artífice, además, de la Catedral de Orihuela. En este sentido se expresa don Elías Tormo: la catedral de Orihuela “... con columnas torsas, sin duda del anónimo maestro de Santiago de Villena; la Colegiata de Gandía “... sus columnas torsas, del tipo de Santiago de Villena; la iglesia Parro­quial de Utiel, bajo la influencia de Santiago de Villena; la de Almansa y el convento de Cla­risas de Murcia; todas estas construcciones constituyen un núcleo interesantísimo en el sureste de España representativo del último gótico, con el predominio de Santiago de Ville­na: «una de las más originales construcciones góticas de Levante de robustísima edificación con cables estriados por tema predominante”.
El templo de Santiago, pues, es para Villena y los villenenses un honroso timbre de glo­ria: se levantó bajo el patronazgo de uno de sus más preclaros hijos, Sancho de Medina, en el período artístico del gótico flamígero y en una de las épocas más felices de nuestra histo­ria: el Reinado de los Reyes Católicos.
LAUS DEU

Revista Villena 1955

Cedida por... Elia Estevan

Publicado por VILLENA CUÉNTAME

HISTORIA IGLESIA ARCEDIANAL DE SANTIAGO DE VILLENA

por VILLENA CUÉNTAME
2009-07-23 SANTIAGO ATARDECER-SANTI (16)

Entre la plaza de Santiago, y las calles de Ramón y Cajal, Párroco Azorín y Marqués de Villores, se encuentra esta iglesia.Fue construida a finales del siglo XV, bajo el auspicio del papa Alejandro VI Borja, y el patronazgo de la familia Medina, se inició una ampliación que se prolongará hasta el siglo XVI.

Se trata de un edificio de planta rectangular, con una nave central de mayor anchura y naves laterales en las que se forman unas capillas laterales. De esta manera se entremezcla la solución de una sola nave con capillas entre contrafuertes, y la nave central de una mayor altura. Las naves laterales se prolongan hacia la cabecera formando un girola poligonal.

La separación entre la naves es por medio de columnas torsas o helicoidales de perfil ochavado, adoptando la misma forma los capiteles, en los que recaen los nervios de las bóvedas y los arcos fajones que dividen la iglesia en tramos. Estos últimos, al igual que los que separan las naves son arcos apuntados.

El presbiterio y los tres primeros tramos son góticos, los dos tramos a los pies de la iglesia son renacentistas, y fueron añadidos para albergar el coro alto.

De los tramos góticos el central esta cubierto con bóveda de crucería con terceletes, mientras que los otros dos cubren con bóveda de crucería sencilla. La bóveda del presbiterio tiene también terceletes, y la clave central está ornamentada con la cruz de Tierra Santa.

Al interior destacan los restos de la reja de hierro forjado (1553) que cerraba el altar mayor, destruida en su mayor parte en 1936, la pila bautismal, obra de Jacobo Florentino, al igual que la portada y el interior de la sacristía, realizada en 1526.

Tiene la iglesia dos portadas góticas con arquivoltas sogueadas y pináculos, una se encuentra a los pies de la iglesia, mientras que la otra se sitúa en el lado de la Epístola (el lado derecho) recayendo a la plaza de Santiago. Cuenta también con dos interesantes ventanas renacentistas atribuidas a Jerónimo Quijano, y que cuentan con un amplio repertorio decorativo como veneras, motivos vegetales, rosetones, entre otros.

La capilla de la Comunión, se encuentra en el lado del Evangelio (a la izquierda del presbiterio), tiene un remate exterior de planta octogonal, con paramentos de ladrillo y sillares de piedra en los ángulos. Al interior es circular, cubierta con una cúpula semiesférica y un tambor con ventanales peraltados. Cuenta con cuatro capillas rehundidas en el muro circular, y columnas corintias entre los vanos.Son características de esta iglesia las columnas ochavadas helicoidales o torsas que tienen relación con las columnas utilizadas en las lonjas de Valencia y Palma de Mallorca, y con la catedral de Orihuela.

2009-07-23 SANTIAGO ATARDECER-SANTI (53)
2009-07-23 SANTIAGO ATARDECER-SANTI (6).

MÁS HISTORIA DE LA IGLESIA ARCEDIANAL DE SANTIAGO DE VILLENA

por VILLENA CUÉNTAME
Federico Iborra Bernad - Arturo Zaragozá Catalán

La iglesia arcedianal de Santiago de Villena une a una original disposición la utilización de columnas torsas en la nave. La presencia de un culto comitente y el análisis de sus formas sugieren que entre sus intenciones se encontraba una paráfrasis bíblica del templo de Jerusalén. Todo ello convierte a la iglesia de Santiago en un interesante ejemplo del episodio tardogótico mediterráneo.
La visita carece de problemas por ser un templo abierto al culto. Deberá llamarse por teléfono para conocer el horario más adecuado para la visita. Además del interior tiene interés la torre campanario y las portadas. El promotor, Sancho García de Medina merece una consideración aparte.

Escudo_de_D._Sancho_García_de_Medina.jpg

Escudo de D. Sancho García de Medina.

Fotografía_antigua_del_panel_de_la_facha

Fotografía antigua del panel de la fachada.

Noticia Histórica
Villena es una ciudad media de la actual provincia de Alicante. Fue capital de un antiguo señorío feudal vinculado a la corona castellana en tierras del antiguo Reino de Valencia. Su nombre suena en el ámbito de la literatura española, gracias a la importancia cultural de algunos de sus señores. El más destacado sería el infante don Juan Manuel, Príncipe de Villena y autor del Libro del conde Lucanor . En el siglo XV el tercer marqués, don Enrique de Villena, poseedor de una notable cultura y de una extensa biblioteca, tradujo al castellano varios textos latinos e italianos e influiría en la poesía de Juan de Mena y del marqués de Santillana.
Con todo, no fueron los marqueses de Villena quienes construyeron los actuales monumentos de esta ciudad. A partir de la época de los Reyes Católicos (que incorporaron el marquesado a la corona) la ciudad conoció una renovación y un auge notables. Villena, como ciudad libre, adoptaría para su arquitectura monumental el nuevo léxico renacentista proveniente de la diócesis de Cartagena, contando con la presencia privilegiada de los más destacados maestros que trabajaron en la catedral de Murcia en esta época.


Pero antes de la entrada de las corrientes renacentistas se construyó en la ciudad uno de los más importantes monumentos del gótico tardío valenciano: la iglesia arcedianal de Santiago. Parece que ya en el siglo XIV existía en el lugar un templo bajo la misma advocación, probablemente con una configuración más sencilla y cubiertas de madera. Este se demolería y ampliaría en los primeros años del siglo XVI. Aunque no se conocen las fechas exactas de la construcción se suele establecer, por datos indirectos, su cronología entre 1503 y 1511. El edificio actual fue sufragado enteramente por una única persona, el protonotario apostólico don Sancho García de Medina, quien en 1511 lograba del papa Julio II la concesión de la categoría de arcedianato para Santiago de Villena.

En enero de 1513 se compraba uno de los retablos de la catedral de Murcia para el nuevo templo, que debería estar ya finalizado. Tras la muerte de don Sancho le sucedería en el cargo, entre 1526 y 1554, su sobrino Pedro de Medina, que completaría la obra de la sacristía y el remate de la torre. En estos elementos, de marcado carácter italianizante, habría intervenido entre 1522 y 1526 el arquitecto y escultor florentino Jacopo Torni, l'Indaco Vecchio, citado por Vasari. A su muerte, en 1526, en la misma Villena, le sucedería el también arquitecto y escultor Jerónimo Quijano.1

La obra tardogótica inicial, sin embargo, continúa planteando problemas historiográficos. Por sus abovedamientos y audacia compositiva puede atribuirse al círculo de Pere Compte y tal vez a trazas del propio maestro. Aunque no esté documentada su presencia en Villena, se sabe que en 1505 Compte intervino en la renovación del crucero de la catedral de la cercana población de Orihuela. El interior de la iglesia de Santiago se ha vinculado estilísticamente con algunas obras representativas del maestro en tierras del levante español, en concreto con la lonja de Valencia (1483-1506) y con la obra de la Capilla del Rosario del Convento de Predicadores de Valencia (1498-1514). No obstante la ejecución de la decoración figurativa resulta algo tosca y es obra probable de un maestro de menor valía. También las portadas góticas revelan una relación con la arquitectura valenciana de transición entre los siglos XV y XVI.
El aspecto actual del templo gótico acumula elementos de épocas posteriores que nada tienen que ver con la estructura original. Las intervenciones más importantes fueron la adición de dos tramos a los pies de la nave central antes de 1575 y, ya a finales del siglo XVIII, la construcción de la capilla de la Comunión. Sin embargo, el espacio principal se ha conservado prácticamente tal como fue concebido a principios del siglo XVI.

Una nave con columnas entorchadas
Lo más singular de la iglesia de Santiago es su interior, dominado por la presencia de doce imponentes pilares de desarrollo helicoidal que, tras sobrepasar el arranque de los arcos, trepan por las paredes de la nave principal hasta el inicio de las bóvedas de crucería, con cuyos nervios se entrecruzan. Aunque la construcción de salas con columnas entorchadas tiene su precedente en las lonjas de Palma de Mallorca y de Valencia, el caso de Santiago de Villena es uno de los pocos en los que se han empleado en el interior de un edificio religioso. Dentro de la escueta lista de iglesias con columnas torsas cabe citar el ala norte de la catedral de San Blas de Braunschweig (1469-1474) y la desaparecida capilla de la Trinidad de Nuremberg, ambas en Alemania; San Nicolás-de-Port (1494-1535) o San Severino (1489-1494) las dos en París; o los ejemplos portugueses de Jesús de Setúbal y Santa María Magdalena de Olivenza. Habría que añadir, dentro del ámbito valenciano la iglesia de Santa María en Onteniente, localidad vecina a Villena, con una cronología similar a la de Villena pero con pilastras en lugar de columnas. Sin embargo, en pocos de estos ejemplos el motivo de la columna alcanza una fuerza y plasticidad similar a la de Santiago de Villena.

Interior de la iglesia 1.jpg
Interior de la iglesia 2.jpg
Interior de la iglesia 3.jpg
Planta_de_la_iglesia_de_Santiago._Monume

Planta de la iglesia de Santiago. Monumentos Arquitectónico de España, Madrid, 1878.

La intención del empleo de la columna entorchada en el proyecto del templo de Villena no es casual. El significado de la columna torsa en Santiago es una alusión directa al templo de Salomón, con el que la iglesia tiende a referenciarse. Doce columnas torsas supuestamente procedentes del Templo fueron dispuestas en el altar de la confesión de la primitiva basílica constantiniana de San Pedro de Roma. Estas doce columnas, hoy alojadas en los pilares de la cúpula de la basílica vaticana, fueron utilizadas con frecuencia para aludir al templo de Jerusalén a modo de sinécdoque, es decir, tomando la parte por el todo.2 Igualmente fueron estudiadas por los tratadistas de la arquitectura del siglo XVII y XVIII e inspiraron a Bernini para la realización del Baldaquino de San Pedro, multiplicándose dentro de la arquitectura barroca. La importancia de la columna en el proyecto de Santiago resulta crucial. Por ello se llega a crear, a partir del esquema tradicional de la nave única con capillas entre contrafuertes, un equívoco espacio de tres naves mediante la apertura de pasos entre los contrafuertes y la adición de las potentes columnas en una audaz operación semejante a la realizada ciento cincuenta años antes en Santa María de la Aurora de Manresa (en ésta con columnas de fuste octogonal). Las dos naves laterales, interrumpidas por los contrafuertes que las invaden parcialmente, funcionan en la práctica como las capillas laterales de un ambiente único. Sin embargo la sensación del espectador desde el espacio central es la de encontrarse en un templo de tres naves y girola. Las columnas entorchadas no son la única referencia veterotestamentaria en Santiago. Los nervios sogueados que sugieren una apariencia desmaterializadora y la imagen textil de los abovedamientos, unidos a la presencia de vanos oblicuos especialmente el paso en esviaje de la portada del acceso a la sacristía, responden a la imagen ideal del Templo recuperada durante el siglo XV.3 Pero también supone un eco de los logros de la estereotomía valenciana iniciada por Francesc Baldomar a mediados del XV.4

Otras referencias cultas pueden apreciarse en el proyecto de Santiago, como el cumplimiento de las recomendaciones del tratadista italiano León Battista Alberti (1485) para la construcción de los templos. Así la iglesia se halla ligeramente elevada del terreno, debiendo accederse por unos peldaños, y las ventanas superiores son de forma cuadrada, respondiendo a los modelos de los templos paganos. Éstas se conciben como un complemento de la iluminación principal, que se obtendría a través de las puertas abiertas. Es entonces cuando la luz resbala por los paramentos interiores marcando las sinuosas aristas de las columnas. Tanto las referencias bíblicas como las de la tratadística cuatrocentista muestran la cultura y la formación intelectual del comitente, que no en vano se había formado en Roma y era un notable miembro de la diócesis de Cartagena.
Respecto a la ejecución material, las fábricas son de sillería, levantadas con un gran rigor constructivo. Las columnas son entorchadas de arista viva, las bóvedas de rampante redondo, con nervios de piedra y plementerías ligeras. La cabecera y uno de los tramos llevan terceletes. La escasa diferencia de altura entre la nave central y las capillas-naves laterales hace mecánicamente innecesarios los arbotantes. De hecho éstos se han separado ligeramente del muro de la nave central que debería apear.
El espacio entre la nave y el presbiterio se separaría con la incorporación de una magnífica reja de hierro repujado –hoy desaparecida- realizada en Murcia por Ambrosio de la Peña y el maestro cerrajero borgoñón Andrés Savania en 1553.
En resumen, las bóvedas de rampante redondo, los nervios sogueados, las columnas entorchadas y la presencia cercana de Pere Compte (en Orihuela) hacen pensar en trazas de este maestro o en algún maestro de su círculo. La ejecución algo tosca de las bandas a modo de capitel de las columnas indica que, en cualquier caso, Pere Compte no dirigió la obra.

Sacristía 
En la década de 1520 se comienza la construcción de la sacristía de Santiago, situada a los pies de la torre. Tradicionalmente se ha atribuido esta obra al maestro italiano Jacopo Torni, conocido en España como Jacobo Florentino. Se sabe que fue Florentino quien realizó la bella pila bautismal del templo, semejante a otras ejecutadas para las catedrales de Granada y de Murcia. A él se atribuye la elegante portada de la sacristía, relacionada formalmente con las láminas de la edición de Cesariano del tratado de Vitruvio (1521). Aunque formalmente la portada de la sacristía responda a modelos clásicos, la solución del esviaje asume los logros técnicos de la arquitectura tardogótica valenciana.

Torre campanario
El exterior del templo muestra paramentos lisos de sillería, sobre los que destaca la esbelta torre campanario de planta cuadrada. La torre queda rematada por un chapitel o pirámide octogonal de ladrillo revestida con cerámica esmaltada. Este modelo de torre, que tendría una amplia difusión en las iglesias de otras localidades cercanas, responde en su diseño a patrones medievales italianos. Muy semejantes son los campanarios tardogóticos de algunas iglesias en localidades del centro de Italia, fundamentalmente en la región de Umbria. La semejanza sería todavía mayor considerando que en su origen la torre contó con una balaustrada de piedra rematada por pequeños pináculos, sustituida por la actual barandilla metálica en 1698. Más conectadas con la manera cuatrocentista valenciana son las ménsulas en esviaje en el remate de la torre y la presencia de una pequeña ventana de perfil mixtilíneo en la escalera de ascenso.

Portadas
Se conservan todavía, con algunas modificaciones, las dos portadas góticas del templo. La situada a los pies del templo, trasladada de antiguo con motivo de la prolongación de la nave, está formada por un arco ojival flanqueado por pináculos recambiados, en la línea de otras realizaciones valencianas de finales del siglo XV o principios del XVI. Se halla mutilada por la eliminación del parteluz y el tímpano que, seguramente, habrían mostrado un aspecto más semejante a las obras valencianas coetáneas. A ambos lados del paso aparecen sendas hornacinas para estatuas, con apoyos helicoidales de sección similar a los de las columnas de la Lonja de Valencia y rematadas por unas curiosas veneras de perfil flamígero. El conjunto está coronado por una bella imagen gótica de la Virgen María protegida por dos ángeles. La portada lateral debió ser semejante a la situada a los pies, aunque en 1760 se adinteló y se añadieron pilastras con florones barrocos en el lugar destinado a los pináculos que flanquearían el acceso.6

Portada_de_los_pies_de_la_iglesia_de_San

Portada de los pies de la iglesia de Santiago. Monumentos Arquitectónicos

de España, Madrid, 1878.

Portada de los pies.jpg

Portada de los pies.

Portada lateral.jpg

Portada lateral.

Villena en el siglo XVIII. Grabado de Pa

Villena en el siglo XVIII. Grabado de Palomino, 1778.

Sección_transversal_y_longitudinal_de_la

Sección transversal y longitudinal de la iglesia de Santiago. Monumentos Arquitectónicos de España, Madrid, 1878.

Vista de la iglesia de Santiago. Grabado

Sancho García de Medina: entre Roma y Villena
La obra de Santiago de Villena es el feliz resultado de una colaboración estrecha entre comitente y arquitecto. Es impensable una construcción como la del templo villenense sin la presencia de un patrón culto y de una importante formación humanista. Éste fue el papel de don Sancho García de Medina.7
Una leyenda local sin rigor histórico pero, acaso, con cierto fondo de verdad, relata que Rodrigo de Borja, arzobispo de Valencia pero también obispo de Cartagena entre 1482 y 1492, en una visita pastoral a Villena tuvo un curioso encuentro con un niño pobre de la ciudad, que le sorprendió por su ingenio.

Este niño era Sancho García de Medina, a quien don Rodrigo, futuro papa Alejandro VI, llevaría consigo a Roma y pagaría los estudios. A su muerte, el papa le habría legado la suma de veinte millones de reales, con los que se sufragó la construcción de la iglesia de Santiago.

Vista de la iglesia de Santiago. Grabado de P. Llorente en la obra Valencia de T. Llorente Vol. II. 1889.

Sin entrar en la veracidad del relato -de hecho no hubo ninguna visita de Alejandro VI a Villena- lo que resulta evidente es la estancia en Roma del comitente. Otro vínculo de don Sancho con Roma, vendría sugerido por la heráldica. En el interior de Santiago los capiteles y las claves de las bóvedas repiten como motivo decorativo principal el escudo de don Sancho García de Medina: partido, con una letra M gótica en la parte superior y tres bandas inclinadas en la inferior. Estas mismas armas fueron las empleadas por la familia romana de los Mellini, linaje de intelectuales y prelados que poseyó dos palacios en el entorno de la plaza Navona, una villa a las afueras de Roma y panteón familiar en una de las capillas de la basílica de Santa María del Popolo. Esta misma advocación romana era la de la capilla familiar de los Medina en Santiago de Villena, presidida por una copia del icono mariano. También puede apreciarse una gran semejanza formal entre el remate de la torre de la mencionada basílica de Santa María del Popolo -más cercana a los prototipos umbros que a la tradición romana- y el modelo villenense que la podría haber imitado intencionadamente.
Habría que plantearse de nuevo la procedencia real del dinero obtenido por don Sancho García de Medina para la construcción del templo valenciano, así como la verdadera relación entre la familia Mellini de Roma y los Medina de Villena. Tal vez conociendo mejor los vínculos romanos de su fundador se pueda llegar a comprender con mayor profundidad el singular proyecto de la iglesia arcedianal de Santiago de Villena.

Notas
1.- ZARAGOZÁ CATALÁN, Arturo. “Inspiración bíblica y presencia de la antigüedad en el episodio tardogótico valenciano” en Historia de la ciudad II, . Valencia, 2002, pp. 166-183.
2.- Jacopo Torni fue escultor y pintor, discípulo de Domenico Ghirlandaio y colaborador de Pinturicchio y de Miguel Ángel, y su biografía fue recogida por Vasari en sus Vidas de grandes artistas . Llegado a España habría trabajado en la Capilla Real de Granada (1520-1522) y, como maestro mayor, en la Catedral de Murcia (1522-1526), antes de tomar parte en las obras de la sacristía de Santiago de Villena. Falleció en Villena 1526, sucediéndole en la obra de Santiago su discípulo Jerónimo Quijano.
3.- En la reciente restauración del año 2001 se encontraron entre los sedimentos hallados sobre los capiteles de las pilastras piezas ornamentales, entre ellas una cara de ángel, que pudieran ser restos del ornamento eliminado. HERNÁNDEZ MARTÍNEZ, Francisco “Restauración de la portada de la iglesia de Santiago de Villena”, en Villena , nº 51, año 2001, pp. 201-206.
Bibliografía
ASSAS, Manuel de. “Iglesia arcedianal de Santiago en Villena”. Monumentos Arquitectónicos de España . Madrid 1878.
BÉRCHEZ, Joaquín; JARQUE, Francesc, Arquitectura renacentista valenciana (1500-1570), Bancaja, Valencia, 1994, pp. 58-63.
CANOVAS BOTIA, Antonio. “Fundamento de la iglesia en Villena” en AA.VV. La luz de las imágenes. Orihuela (Catálogo de la exposición), Generalitat Valenciana, Valencia, 2003, pp. 306-307
FLOR AMAT, Miguel “Heráldica y blasones de nobleza villenense (VII)”, en Villena , nº 51, año 2001, pp. 69-76.
HERNÁNDEZ MARTINEZ, Francisco “Restauración de la portada lateral de la iglesia de Santiago de Villena”, en Villena , nº 51, año 2001, pp. 201-206.
PORTILLO, María Belén , Santiago de Villena y el barroquismo gótico en el Reino de Valencia, Colegio Oficial de Arquitectos, Valencia, 1967.
SÁEZ ÍÑIGUEZ, José Luis “Restauración de la portada principal de la iglesia de Santiago de Villena”, en Villena , nº 52, año 2002, pp. 177-180.
SOLER GARCÍA, José María. La relación de Villena del año 1575. Edición comentada y apéndice documental. Instituto de Estudios Alicantinos, Alicante, 1969
SOLER GARCÍA, José María. “Vicisitudes del Templo de Santiago”, en Villena , nº 19, año 1969, separata.
ZARAGOZÁ CATALÁN, Arturo. “Inspiración bíblica y presencia de la antigüedad en el episodio tardogótico valenciano” en Historia de la ciudad II , Valencia, 2002, pp. 166-183.
ZARAGOZÁ CATALÁN, Arturo. Arquitectura Gótica Valenciana . Generalitat Valenciana. Valencia 2000.
http://www.gothicmed.com/gothicmed/GothicMed/virtual-museum/comunidad-valenciana/Villena/Iglesia_arcedianal.html?print=true&page=0

http://www.comarcarural.com/alicante/altvinalopo/villena/iglesia.htm

Los toques y las campanas de la arciprestal de Santiago de Villena: estado actual y propuestas para su restauración    Dr. Francesc LLOP i BAYO  Generalitat Valenciana (1996)

Villena tiene varios tesoros, algunos de ellos ocultos, que es preciso desvelar, para que sean compartidos, y para que lleguen a formar parte de eso que llamamos “patrimonio cultural”. Las campanas de Santiago y sus toques constituyen uno de esas riquezas que tenemos que contribuir a salvar entre todos.

En este artículo estudiaremos las campanas y los toques, así como el reloj, y propondremos algunas notas para su posible restauración.

1. La torre y las campanas

La torre de Santiago tiene varias campanas colgando de sus ventanales, así como una pequeña, pero de gran trascendencia para Villena: la campanica de la Virgen, que sólo suena mientras que Nuestra Señora viene a su ciudad para pasar las fiestas en su honor.

Las campanas de Villena tienen una serie de características singulares, que las diferencian del resto de campanas no sólo de la Comunidad Valenciana, sino de la histórica Castilla y del resto de las comunidades españolas.

Todas las campanas son exclusivamente fijas, y se tañen mediante un sofisticado sistema de cuerdas, desde el pie mismo de la torre, aunque es probable que alguna de las campanas llegara a oscilar (nunca a voltear completamente) en tiempos remotos. En consecuencia los toques son pausados, de gran solemnidad, ya que la gran distancia de las cuerdas y la propia inercia del sistema impide los repiques rápidos de cada badajos. Sin embargo, las manos y los pies del campanero consiguen combinar los sonidos de todas, creando toques de gran complejidad y que forman tanto parte del monumento como las propias campanas o la manera en que están éstas dispuestas en la torre.

Las campanas tienen otros aspectos que son poco usuales: ninguna tiene indicado el nombre de su autor (característica similar sólo la hemos hallado en las campanas de la Catedral de Córdoba), y por otro lado suelen tener la cruz que usualmente adorna y protege las campanas colocada hacia adentro, lo que suele ser extraño, ya que la cruz exterior protege al campanario, a la iglesia y a toda la comunidad. Una de las campanas orientada hacia la plaza tiene su cruz colocada hacia el interior, y otra cruz, marcada con pintura roja, en la parte exterior. Igualmente, el trasdós de ambos arcos se encuentra decorado con la misma pintura almagre.

Antes de describir las campanas recordaremos que la torre de Santiago comienza con una escalera helicoidal, de posible planta gótica, pero que a los pocos escalones se convierte en una cómoda rampa de ascenso hasta la propia sala de campanas. Las cuerdas, que al principio están dispuestas en uno de los laterales de la escalera circular, se extienden luego por el hueco cuadrilongo de la torre al que rodean las rampas.

Describiremos las campanas de menor a mayor, indicando sus principales características. Consideramos la campanica de la Virgen como la número (0), es decir que no forma parte regular del conjunto.

1.1. La campanica de la Virgen (0)

La campanica de la Virgen tiene de diámetro 27 cm, de altura mide 24 y tiene un grueso en su punto de percusión 3,5; su peso aproximado debe ser de 10 kilos. Su inscripción es muy breve, y no indica el año de fabricación, aunque por el tipo de letra puede estar hecha en el primer tercio del siglo XVIII. El texto dice " IHS * MARIA * " , es decir “Jesús María”, y las letras miden 1,8 cm de altura.). En su parte media ostenta una pequeña Cruz de 12 X 7. Es la única campana que no cuelga de un yugo de madera, sino de una pequeña escuadra de hierro, a la que está mal fijada y se mueve. El pequeño tamaño de la campana, y en consecuencia las dimensiones mínimas de su badajo, hacen que éste quede pegado a la campana, por el propio peso de la cuerda, lo que impide prácticamente su toque desde abajo. En consecuencia tiene un pedazo de cable eléctrico para poder tocar junto a la campana.

1.2. La campana de Santiago pequeña (1)

Denominamos así a esta campana (Santiago pequeña) porque hay otra, como veremos, dedicada al mismo titular de la iglesia. Su diámetro es de 64 cm y su altura de 54 cm, mientras que su punto de percusión mide 6 cm. Su peso aproximado es de 151 kg, y creemos que se hizo en 1700. La inscripción es la siguiente: " ¤ SAN ¤ TIAGO ¤ HORA ¤ PRO ¤ NO ¤ BIS ¤ ANODEI700I " . La altura de las letras es de 2 cm, y creamos que su texto debe traducirse de la siguiente manera: “Santiago ora pro nobis Ano Dei 1700”, es decir “Santiago ruega por nosotros. Año de Dios de 1700”. En su parte media exterior tiene una inmaculada de Inmaculada de 12 x 10, y en la parte interior una Cruz de 37 x 15 cm.

1.3. La campana Santa Bárbara (2)

Esta campana tiene 87 cm de diámetro y 75 de altura, mientras que el punto de percusión es de 9 cm; su peso aproximado debe ser de 381 kg y fue construida en 1727. Su inscripción dice lo siguiente: " IHS ¤ MARIA ¤ IOSEPH ¤ S ¤ BARBARA ¤ ¤ ORA ¤ ¤ PRONOBIS ¤ ¤ ¤ ". En la parte media, que da a la calle, hay una Cruz de 42 x 34 cm, mientras que en la cara interior hay una imagen rodeada de estrellas, de 6 X 7 cm, y la siguiente inscripción: "XPS VINCIT XPS REGNAT XPS IMPERAT XPS A FVLGVRE ET TEMPESTATE NOS DEFENDAT" En esta campana las N están invertidas, y toda ella va asociada a la protección de Villena contra las tormentas. Por una parte está dedicada a Santa Bárbara, que se asocia normalmente a los rayos, las explosiones, la pólvora. Por otro lado, lo dice su inscripción: “JESÚS MARÍA JOSÉ SANTA BÁRBARA RUEGA POR NOSOTROS. CRISTO VENCE CRISTO REINA CRISTO IMPERA CRISTO NOS DEFIENDA DE LOS RAYOS Y DE LAS TEMPESTADES”

1.4. La campana Virtudes (3)

Tiene 95 cm de boca, 86 de altura, 9 en el punto de percusión, y su peso aproximado debe ser de 496 kilos. Hecha en 1650 tiene la siguiente inscripción: " ¤ DOMINA ¤ VIRTUTUM ¤ ORAPRONOBIS ¤ ANNO ¤ 1650 ¤ ". En su parte media exterior tiene una cruz pintada en rojo, de 51 x 35 cm, mientras que en la parte interior tiene su propia cruz, relieve original de la campana, de 44 x 21. Esta campana tiene el cabezal de madera decorado.

1.5. La campana de Santiago grande (4)

Esta segunda campana dedicada al titular de la parroquia tiene un diámetro de 121 cm, una altura de vaso de 102 y mide en su punto de percusión 13 cm. Su peso aproximado debe ser de 1025 kilos y está hecha, como la mayor, en 1572; sin duda son del mismo artífice, del que ignoramos de momento su nombre y procedencia, aunque es de cultura castellana, como veremos luego. Su inscripción dice: "+ IHS MA SANCTE ¤ IACOBE ¤ ORAPRONOVIS ¤ AFVLGVRE ¤ ETEM ¤ PESTATE ¤ LIBERA ¤ NOS ¤ DM ¤ A ¤ N ¤ D ¤ L ¤ XXII ". Es decir “JESÚS MARÍA SANTIAGO RUEGA POR NOSOTROS DE LOS RAYOS Y DE LAS TEMPESTADES LÍBRANOS SEÑOR. AÑO 1572”. En su parte media exterior tiene un pequeño Ecce Homo. En la pare media interior tiene una cruz de 34 x 19 cm y a sus pies una imagen de tradición gótica, posiblemente una Virgen, de 6 x 5 cm.

1.6. La campana María, la gorda (5)

Esta campana, es de forma romana (es decir achatada, y característica; de la antigua Castilla: se encuentra en este reino, y en el País Vaso y Navarra, pero no conocemos ninguna en Aragón, un par de ellas de la postguerra en Catalunya, y sólo otras dos en la Comunidad Valenciana, en Chelva y en El Forcall, y utilizadas exclusivamente para campanas del reloj. La María es, a nuestro conocimiento, la segunda campana de los valencianos por su tamaño, superada únicamente por el Micalet, la campana de las horas de la Catedral de València, que tiene 2,34 de diámetro, y seguida a distancia por el Tàfol, la campana de las horas del Campanar de Castelló, que sólo mide 155 o la María de Xàtiva, que tiene 153, y que sería la mayor campana de volteo de la Comunidad Valenciana si no estuviese rota. La gorda de Villena tiene 162 cm de diámetro, 125 de altura y 16 de grosor en el punto de percusión. Su peso teórico, si fuese una campana de forma normal, como las otras de la torre, sería de 2461 kilos, pero como las romanas son algo más ligeras, su masa debe ser de unos 2.000 kilos

Hecha en 1572, como la campana anterior, tiene la siguiente inscripción: "+ IHS ¤ MA ¤ CONCCEPIO TVA DEI GENITRIX VIRGO ¤ GAVDIVM ¤ ANVNCIAVIT VNIVERSO MVNDO ¤ ¤ ¤ ¤ ¤ ¤ ¤ SAN ¤ CTA : DEI GENITRIX ORA PRONOVIS ¤ A ¤ M ¤ D ¤ LXXII SIENDO FABRIQVERO EL S FRANCISCO CTAPAR". Todas tienen 1 cm de altura, siendo de dudosa lectura el apellido final por defecto de fundición. En la parte media exterior tiene un Ecce Homo gótico, y en la parte interior una cruz de 41 x 28. A sus pies hay una Virgen gótica de 6 x 4 cm, rodeada de estrellas. Su inscripción puede ser interpretada de este modo: “ + JESÚS MARÍA TU CONCEPCIÓN, OH VIRGEN MADRE DE DIOS, TRAJO EL GOZO A TODO EL MUNDO. SANTA MADRE DE DIOS RUEGA POR NOSOTROS AÑO 1572. SIENDO FABRIQUERO EL SEÑOR FRANCISCO GASPAR”. El cargo de Fabriquero, generalmente anual, era propio de las grandes iglesias, y se trataba del administrador económico, es decir el que se encargaba de las “Obras de la Fábrica”, es decir del mantenimiento del edificio.

1.7. Las matracas

En la parte posterior de la torre hay dos ventanales más: uno ocupado por la escalera que asciende a la planta superior. En el otro hay unas matracas muy interesantes, porque de algún modo son de factura industrial; formadas por cuatro aspas dobles de madera, recubiertas de chapa metálica para que no se estropeen a la intemperie, y dispuestas de modo que haya un pequeño espacio entre ambas tablas para que haga de caja de resonancia. Los martillos, de los que faltan muchos, son de hierro y percuten sobre chapas del mismo metal. Las matracas tienen un ingenioso mecanismo de cadena, que permite tocarlas moviendo una pequeña manivela colocada en el suelo de la ventana. Conocemos la fecha de fabricación, “AÑO 19oo”, pero no el autor.

2. Los toques

Ante la ausencia de documentos escritos (los archivos de Santiago debieron desaparecer quemados en la última guerra civil) sólo queda el recurso a la memoria, para reconstruir los toques tradicionales, que marcaban el ritmo de Villena. Entrevistamos a Felipe MOLLÁ CAMÚS, el sacristán de Santiago por primera vez el 19 de octubre de 1995, en la sacristía, por la tarde. El campanero, ahora, y el sacristán son la misma persona, lo que limita el número de toques a lo largo de los actos rituales (es sabido que no es posible estar en misa y repicando). Sin embargo había un campanero, antiguamente, que se dedicaba sólo a tocar las campanas, sin atender a otras tareas en la iglesia.

El campanero se encargaba de tocar, como ahora, las campanas, desde bajo, y era el único que se preocupaba de la torre, es decir se encargaba de los toques y del mantenimiento de las instalaciones. Sin embargo, una vez aquel campanero terminó, el mismo sacristán se encargó de ambas tareas. Y sigue tocando, a pesar de su edad, sin nadie que le vaya a sustituir: Y ya, se terminó el campanero aquel, ya era un hombre ya de edad, terminó, y nadie ya, ha, ha, ha querido enseñarse ni ná!

El campanero antiguo, un hombre mayor, tocaba él solo y mantenía las campanas:

Solo, solo. Un hombre ya de edad, ya, sólo venía y tocaba él, repicaba y todo y yo no me preocupaba... Nada, nada. Antiguamente, sí ellos... Cuando yo vine aquí había un hombre, ya de edad, ya... pos que te venía, tocaba las de entierro, tocaba... Yo vine... el cuarenta y nueve! Por tanto, eh... estoy cincuenta años aquí!

El sacristán no tiene que subir a la torre para tocar:

Como no se rompa una cuerda, no... subo arriba para nada!

Tras cincuenta años de trabajo, cabe plantearse cual será el futuro de esos toques, que sólo el sacristán sabe tocar. Y la respuesta no puede ser más descorazonadora:

Después de mí? ¡Nadie! Nadie, aquí no... Nadie se enseña!

Naturalmente, para grabar los toques es preciso avisar a la gente, para que entiendan la razón de interpretar toques fuera de contexto:

Claro! Hay que avisar a la gente! No, porque dirían: "Está, vuelto loco, el sacristán" [Se ríe]

2.1. Los toques diarios

En la actualidad los toques se limitan a la llamada a misa por la mañana y por la tarde:

A lo largo del día, pues un día normal, nada! A las ocho y media de la mañana, la misa! A las ocho el primer toque, a las ocho y cuarto el segundo y a las ocho y media el tercero! Eso se repite por la tarde lo mismo! A las siete y media el primer toque a misa, a las ocho menos cuarto y a las ocho la misa, el último. Y ya está! Ya no hay más toques!

Sin embargo, en la sociedad tradicional había otros toques que marcaban las partes del día:

Antiguamente había toque de Ángelus, y toque a... por la mañana al alba... A mediodía, también. Y por la noche, también. Y por la noche, ahora a las nueve, en el verano, tocaban "Ánimas", que decían. Ah? Y a, por el invierno, a las ocho. Ahora solamente misa...

2.2. Los toques festivos

Las fiestas se marcan con el repique, que es el toque combinado de las cinco campanas, tocando la mayor con el pie, y las otras cuatro con las manos combinando unas y otras:

Si hay festividad alguna, repique... Siempre el mismo.

Cuando viene la Virgen, en septiembre, el toque es el mismo:

No, igual! Como son las mismas campanas, las mismas cuerdas, se toca igual. Un repique de... de festivo, pues, se toca igual.

Sin embargo hay una pequeña diferencia sonora, que marca el regreso anual de la Señora:

Lo que pasa es que, cuando viene la Virgen, hay una campanica, que dicen "la campanica de la Virgen", que se toca antes de los repiques, en fiestas, no? Se toca antes, de los repiques. Se hacen a mediodía tres repiques, no? Por la mañana tres repiques, por la noche tres repiques. Y cada repique, cuando para el repique, se toca la campanica sola. Antes, durante los tres repiques esos, no? Un repique. Para el repique y toca la campanica. Otro repique. Para de el repique y toca la campanica. Tres veces... y tres veces la campanita. Eso, la fiesta cuando viene la Virgen.

El repique, por tanto, es siempre el mismo, y se repite por tres veces las vísperas y los propios días de fiesta, con la única diferencia del repique solitario de la “campanica de la Virgen” cuando Ésta está en Villena:

El repique, empiezan el día tres, de setiembre. Hasta el día nueve, de setiembre, que es el día que se vean la Virgen, ya, por la mañana, ya paran los repiques. Todos los días tres veces... por la mañana, a mediodía y por... la noche! La... antes de la misa. O sea al salir la misa, la misa sale a las ocho, entonces se hace repique... Tres veces. Y por la mañana lo mismo. Una misa de fiestas, igual. Tres toques...

El mismo repique se toca la víspera de las fiestas anuales: Navidad, Pascua...

Se anuncia, pues la misa, antes de empezar la misa, pues se hace un repique, pero ya no, aquí como en fiestas, en los tres días y todo, sino que la misa sale a las ocho, pues a las ocho se hace un repique y ya está!

2.3. Los toques de difuntos

En la sociedad tradicional de nuestro entorno cultural no había - o no se conocían apenas - toques para las distintas fases del ciclo vital: no tenían toques para los bautizos, las comuniones, ni siquiera para las bodas. Sin embargo los difuntos se marcaban a través de las campanas, marcando no sólo la edad (adultos o niños), el sexo (hombre o mujer) o incluso la categoría social. Estos toques se repetían a lo largo de todo el tiempo en que el difunto permanecía expuesto. Ahora sólo se toca antes del entierro, indicando el sexo del difunto:

Toque de muerto, pos se toca, el entierro era a las seis, o a las cinco, a las cuatro y media se hace un toque a muerto. Ya está! Se hace... Si es hombre, se hacen tres repiques. Y si es mujer... Dos. Ya está. Antiguamente había clases. Había, si era de general, o era de cabildo o era tal, se tocaba más campanas, no? Ahora se tocan las mismas campanas. Pa todo el mundo igual. Se toca, les, la gorda, la tocamos el día de ánimas. No? Que hacen el repique de, de muerto, y lo, entonces entra la gorda. Pero solamente el día de ánimas. Solamente. Durante el año... Nada. Como no sea un repique, si es repique... festivo, entonces entra la gorda.

2.4. Otros toques: tormenta, procesión, fuego

Nuestro sacristán procede de Biar, donde tuvo la misma profesión. En aquella cercana población tocaba “a tormenta”, es decir para proteger la comunidad de los rayos, la piedra y otros efectos devastadores de las tempestades; estos toques no se interpretaban en Villena:

¡Tormenta, no! Antiguamente, tocaban tormentas, pero aquí yo no he tocao a tormenta. Y en el pueblo que yo estaba, porque yo estaba antes, en Biar, ahí en Biar si se tocaba a tormenta, cuando había una nube o algo, pues... Si, ahí, yo, en Biar, tocaban. Cuando venía una tormenta, y a lo mejor a media noche a veces me llamaba el vigilante, me venía... "Que hay la tormenta, que hay..." Tenía, que levantarme, ir y, tocar a la, a la tormenta! Pero aquí no!

Para la procesión se toca el repique, tanto para la llamada como para indicar que la ceremonia está ocurriendo. Esta dedicación a las campanas impide que el sacristán puede asistir al desfile ritual:

¿La procesión? Igual! Los tres toques... Igual! Durante la procesión, sí! Se hace algún repique, durante... el, el recorrido de la procesión, si de cuando en cuando pues se hace un repique... No, yo no voy a la procesión! Yo me quedo... Y van pues los moneguillos, van para la procesión. Y yo me quedo aquí porque tiene que quedarse alguien en la iglesia! Y durante ese recorrido, pues hago un repique, o dos, o tres, según el trayecto de la... procesión.

El toque de fuego, ya desaparecido, se hacía con la campana mayor:

Antes tocaba a fuego, a media noche! Ahora que, venía el, el vigilante, "Que toque a fuego" Era la misma, la gorda! Siempre la gorda. A fuego y a... tocábamos eso, la gorda. Ahora no eso, pero antes se estaba a toda hora a...

3. Las campanas de Santiago como instrumento musical

Es sabido que las instalaciones tradicionales, sobre todo en lo referente a campanas, estaban cuidadosamente pensadas por varios motivos: en primer lugar porque se trata de objetos pesados y por tanto difíciles de mover con una tecnología menos desarrollada que la nuestra. En segundo lugar, teniendo en cuenta el aspecto estético, no desdeñable cuando se trata de dar una imagen digna de la torre, y en consecuencia no sólo de la parroquia sino de la ciudad. Y, sobre todo, buscando el aspecto sonoro del instrumento.

También es sabido que los sonidos tienen un comportamiento diferente según su frecuencia: las notas agudas, las de las campanas menores, por decirlo de algún modo, se expanden en línea recta, mientras que las notas graves, las de las campanas mayores, se extienden en todas las direcciones. Desde un punto de vista práctico esto supone que las campanas menores tienen que “verse”, mientras que las mayores pueden estar en un segundo plano, ya que su sonido llega igual en todas las direcciones.

Viendo las campanas, desde la plaza, parece que la disposición estaba pensada en este sentido: las dos medianas delante, y la menor en el lado izquierdo, pero en la parte recayente a la plaza, mientras que las dos mayores detrás, para servir de contrapunto, de trasfondo sonoro.

Sin embargo, si subimos a la torre, y nos ponemos frente a las campanas tenemos, de izquierda a derecha, y denominándolas de mayor a menor, como hicimos antes, la 5, la 3, la 2, la 1 y la 4 (y en el centro la 0, es decir la campanica de la Virgen). Pero las cuerdas están combinadas, mediante un ingenioso sistema de poleas, de manera que se extienden como si fuesen las teclas de un piano; de más grave a más agudo, o sea, y visto frente a las cuerdas no sólo en su entrada al pozo central, sino tal y como se presentan ante el campanero, muchos metros más abajo, 5-4-3-2-1. Se trata por tanto de una evolución de las campanas, disponiéndolas en la torre, y en los mecanismos para tocarlas como un gran piano, como un pequeño carillón (en este caso no de cuatro campanas, origen de la palabra, sino de cinco, con un gran bajo) que puede desarrollarse hasta convertirse en uno de los dos instrumentos musicales tradicionales de Villena, como veremos luego.

4. El reloj

En la torre existe un reloj mecánico, bastante reciente, y de remontaje eléctrico. Este reloj, o sus antecesores, tocaba con las dos campanas extremas del conjunto: la menor, la (1) para los cuartos, y la (5), la gorda, para las horas. Aún existen los martillos que atestiguan dicha utilización.

Estas dos campanas, tan distintas y sonoras, fueron sustituidas por un aberrante sistema electromecánico que se atreve a tocar melodías, mediante la vibración de pequeñas laminillas metálicas, convenientemente amplificadas.

La agresión contra el patrimonio de Villena es al menos triple: por un lado se sustituyen altavoces. por campanas. Por otro se introducen melodías (cosa totalmente ajena a nuestra tradición, porque el mismo instrumento de campanas, que es un embrión de carillón, sigue permaneciendo dentro del mundo de las combinaciones rítmicas, sin “pasarse” a las melodías, cosa bastante difícil con campanas tan diferenciadas). Y finalmente se introducen canciones muy poco relacionadas con Villena, y menos aún con su música tradicional. No hay justificación ninguna para que unos altavoces mal instalados suenen en la torre de Santiago “la Verbena de la Paloma”, sólo porque sea música de Chapí, hijo de Villena, cuando hay unas campanas que han tocado las horas y los cuartos desde hace siglos, y estos timbres de bronce siguen estando presentes en la torre.

Si además consideramos que se trata de un monumento (declarado Monumento Histórico Artístico Nacional - “Gaceta de Madrid” 03/06/1931), y que no hay ninguna autorización, ni siquiera proyecto, para manchar la belleza del sonido de sus campanas con el ruido de los altavoces, habrá que actuar inmediatamente en dos direcciones, como justificaremos luego: desmontando inmediatamente el artefacto (que por otra parte está mal colocado y no cumple ninguna de las normas de las instalaciones de baja tensión), reponiendo el toque real (y no grabado) de las campanas para horas y cuartos, y sustituyendo su sonido nefasto por un carillón instalado en la Casa de la Cultura.

5. Propuestas de restauración

Nos atreveremos a proponer algunas posibles actuaciones para restaurar las campanas, los toques, la torre, el reloj e incluso las melodías que ahora se transmiten por los altavoces. Se trata de sacar todo el posible “jugo” patrimonial de un conjunto que está demasiado degradado, y que corre peligro de desaparecer, cuando forma parte indiscutible y central del acerbo cultural de Villena.

5.1. La torre

La torre parece estar en buen estado de conservación, desde un punto de vista arquitectónico. Hay que destacar la belleza y originalidad del chapitel, compuesto por una pirámide de ladrillos cocidos y esmaltados de múltiples colores, y que de lejos producen un efecto abigarrado y brillante.

No obstante la parte interior de este chapitel, como la zona del reloj, e incluso la misma sala de campanas, se encuentran llenos de escombros, de suciedad y de excrementos de palomas y otras aves. Posiblemente estos restos sólo produzcan daños a la fábrica del edificio, que por otro lado se encuentra cubierto de una capa de suciedad y polvo, que ensombrece su aspecto. En cualquier caso, si se procediera a limpiar la piedra, deben conservarse las marcas de pintura roja que hemos descrito anteriormente.

5.2. Las campanas

Las campanas se encuentran en buen estado de conservación, aunque muy sucias, sobre todo, como es usual, por la parte de la sala. Los yugos de madera, que en este caso sólo tienen un valor sustentante, y no trabajan en movimiento, parecen estar en buen estado, aunque necesitan ser limpiados y protegidos mediante pinturas adecuadas, así como los herrajes. La campanica de la Virgen es la que peor está, sin estar en peligro, ya que los tornillos que la fijan están medio sueltos. No obstante es preciso recordar que la instalación actual (es decir, yugos de madera fijos, badajos y cuerdas para tañerlos) forman tanta parte del monumento como las propias campanas, y que no deben ser modificados los unos sin empobrecer el valor histórico, acústico y sentimental de las otras.

5.3. Los toques

Los toques actuales son de una gran sencillez, como cabe esperar de una tradición a punto de extinguirse. No obstante los toques diarios desaparecidos (como los de Ángelus tres veces al día) eran de una gran belleza, y es una pena que ya no se interpreten.

El repique, sin embargo, es el centro de atención, y justifica toda la instalación de cuerdas y maderas. Dicho de otro modo: la torre, las campanas, las cuerdas, los yugos de madera y los badajos, y la colocación de todos ellos, están diseñados para que el repique suene de manera excepcional, y sobre todo en la plaza. No obstante ese repique parece encontrarse en un estado de gran debilidad, posiblemente porque nuestro intérprete ya es mayor y no tiene la fuerza necesaria para tañer todas las cuerdas con el mismo ímpetu.

Creemos que hay que mantener por un lado los toques tradicionales (Ángelus y ánimas cada día, así como los difuntos), aparte de los toques digamos “prácticos” (como la llamada diaria a misa). Pero es preciso desarrollar el repique en dos direcciones, que podrían ampliar el instrumento y dotarlo de un mayor interés: por un lado parece que el instrumento requiere la presencia de dos intérpretes: uno para los bajos (las dos campanas mayores) y otro para los ritmos cambiantes de las pequeñas. También podría ser uno sólo que tocase, como ahora, la gorda con el pie y las pequeñas con las manos, pero debería ser alguien con mucha fuerza, aparte de un sentido de ritmo difícil de mantener con tantas campanas, teniendo en cuenta la complicada postura en la que se encuentra. Porque esta torre tiene una ventaja para el campanero: no hay que cansarse subiendo escaleras, pero el toque es muy fatigoso, por el gran tamaño de las campanas y la gran distancia que hay entre ellas y el extremo de las cuerdas.

El instrumento se puede ampliar en otra interesante dirección: se trata de la composición musical. Podría establecerse, cada año, una especie de concurso de repiques, a través del conservatorio, que premiase uno de ellos y que se estrenase en el momento de comenzar las fiestas. El repique premiado sería el “motivo musical del año” y se tocaría no sólo durante los días de setiembre, sino que se interpretaría en las otras ocasiones del calendario de ese año, calendario que es preciso establecer para que sea conocido y pro decirlo de algún modo esperado.

5.4. Posible mecanización

Como hemos dicho, no sólo las campanas sino su instalación forma parte del monumento, y son la condición que produce los toques no sólo actuales, sino desde los cuatro o cinco últimos siglos. Por tanto no sólo es desaconsejable una mala mecanización al uso (cambiando los yugos de madera por otros de hierro, y haciendo voltear las campanas), sino que ésta introduciría unos modos de tocar extraños a Villena (lo que es un atentado cultural) y pondría en peligro la existencia misma de unas campanas tan antiguas (lo que es aún peor, cultural y monumentalmente hablando.

Por tanto parece inaceptable el cambio de yugos, así como la instalación de martillos mecánicos adosados a las campanas o colocados interiormente. Si que nos parece válido, sin embargo, la colocación de un sistema automático “auxiliar”, es decir que ayude al campanero, y que interprete por él algunos toques repetitivos diarios, como los de oración o de ánimas: se trataría de instalar algo parecido a un sistema de aire comprimido (como el que hay puesto en las dos campanas mayores de la Catedral de València), que tiran de unas cadenas y de los propios badajos actuales. El sistema tiene la ventaja de conservar íntegra la instalación actual, para los posibles toques manuales, pero también interpreta esos otros automáticos que ahora no pueden tocarse por diversos motivos, como es la imposibilidad del sacristán de estar en dos sitios a la vez, o de tener que acudir a la iglesia a horas en las que el templo se encuentra cerrado al público.

Esta mecanización estaría controlada por un ordenador, que también se encargaría de gestionar el funcionamiento del reloj mecánico, de las esferas y de los toques horarios, con la condición de mantener todas las instalaciones en su forma actual.

5.5. Un carillón en la Casa de Cultura

Hemos indicado la aberración que supone la instalación de unas malas laminillas metálicas en Santiago para interpretar melodías difíciles de programar y sin ninguna relación con el monumento ni siquiera con la tradición de Villena. Sin embargo, en la misma plaza se encuentra la Casa de la Cultura, que es también el Conservatorio de Música. Éste sería el emplazamiento ideal para un carillón, de pequeñas dimensiones. Recordemos que un carillón es un instrumento musical formado por 25 campanas o más, perfectamente afinadas, de forma que cada una tiene sus armónicos bien armonizados con respeto a ella misma y hacia las otras. Se habla de 25 porque supone, al menos, dos octavas, con sus sostenidos, aunque lo ideal sea al menos 45 campanas (lo que supone cuatro octavas, excepto un par de sostenidos graves iniciales poco utilizados). Para que se considere carillón ha de tener otra característica principal: aunque tenga un mecanismo para tocar automáticamente, debe disponer de un teclado manual, dispuesto según ciertas normas, para convertirse en un instrumento de concierto. Esto supondría para Villena la posibilidad de convertir la plaza de Santiago en un lugar privilegiado para la música: por un lado las históricas campanas de la arciprestal, como instrumento de percusión tradicional; por otro lado un carillón, afinado musicalmente, como instrumento para la interpretación de melodías. Ciertamente un mecanismo de este calibre no es barato: estamos hablando de una docena o dos de millones. Pero la existencia de tantas campanas puede servir para conseguir los generosos donantes: a quien no le gustaría, por 300 o 400.000 pta que su nombre figurase escrito en una campana que puede durar, como las de Santiago, cuatro siglos y seguir sonando?

Con este carillón, que sería el primero de la Comunidad Valenciana, se enriquecería la actividad musical del Conservatorio, se enriquecería la calidad de vida del centro histórico de Villena... y se sustituiría una maldita máquina de hacer ruido, incorrectamente instalada en la monumental torre de Santiago, y que jamás debió existir.

6. Las campanas de Santiago, un tesoro descubierto

Creemos haber mostrado las características de unas campanas que han permanecido desapercibidas para casi todos en lo alto de uno de los monumentos que caracterizan el paisaje urbano e histórico de Villena. También quisiéramos haber aportado ideas para la conservación e incluso evolución de un instrumento musical que está en peligro de desaparecer para siempre, si se mecaniza de mala manera.

Esperamos, el año próximo, acabar nuestro trabajo con las campanas de Santa María que, estamos seguros, nos depararán tan agradables sorpresas como éstas.

Queremos agradecer la inestimable colaboración de la arciprestal de Santiago, especialmente del sacristán y campanero, Felipe MOLLÁ CAMÚS, sin cuya ayuda este trabajo sólo se limitaría a la descripción de unas monumentales campanas existentes. También hemos de agradecer las facilidades proporcionadas por el Ayuntamiento, y especialmente por el Museo Arqueológico, que supusieron la base material necesaria para llevar a cabo esta tarea, creemos que novedosa.

Como dice unos de los cuadrantes solares de la propia iglesia de Santiago “DIES HOMINIS BREVIS SVNT”. El tiempo se nos escapa de las manos, y esperamos haberlo aprovechado.

Inventario de Campanas

Parroquia de Santiago Apóstol - VILLENA (COMUNITAT VALENCIANA)

DescripciónHermosa torre prismática de planta cuadrada rematada con un chapitel de ladrillo, los dos cuerpos de la torre están separados por una imposta y la coronación, amatacanada, se compone de un voladizo con ménsulas cuya directriz, no perpendicular al muro, se dirige al centro de la torre.

ProtecciónBien: Iglesia de Santiago
Comunidad Autónoma: C. Valenciana
Provincia: Alicante
Municipio: Villena
Categoría: Monumento
Código: (R.I.) - 51 - 0000367 - 00000
Registro: (R.I.) REGISTRO BIC INMUEBLES: Código definitivo
Fecha de Declaración: 03-06-1931
Fecha Boletín Declaración: 04-06-1931
En consecuencia las intervenciones en las campanas deben comunicarse a la Dirección General del Patrimonio Cultural Valenciano para su autorización adjuntando el proyecto previament al inicio de los trabajos.

exT7he7bh31HLRxd.jpeg
PILA BAUTISMAL IGLESIA DE SANTIAGO EN 3D

Pila bautismal de la iglesia arcedianal de Santiago en Villena (Alicante, ES). Escultura labrada en piedra caliza local, de estilo renacentista con clara influencia grutesca. Autor: Atribuida a Jacopo Torni, conocido en España como Jacobo Florentino o L’Indaco. Cronología: 1522-1526 d.C.

Estructurada como un cáliz, en su base cuadrandular destacan las cuatro harpías en las esquinas. El pie de tipo balaustre presenta decoración vegetal con guirnaldas. El vaso o pila propiamente dicha es de planta cuadrangular, con semicírculos centrados en cada uno de los lados, resultando un friso decorado con 8 sirenas centradas bajo las cuatro esquinas y los cuatro lóbulos resultantes, entre motivos vegetales, aves y dragones. Se ha añadido al modelo fotogramétrico un basamento cuadrangular liso. Medidas: 110 x 130 cm. Base lisa: 10 x 43 cm. Más información sobre la pila bautismal y la restauración llevada a cabo en 2006 en: 

http://www.museovillena.com/pdf/bilyana_01_2016.pdf#page=95

Publicado por VILLENA CUÉNTAME

bottom of page